Imperio Medo

Irán es una meseta de Asia que ocupa unos dos millones de kilómetros cuadrados que limita al oeste con los valles del Tigris y del Eúfrates (de los que los separan los montes Zagros); al este con el valle del río Indo; al norte con el mar Caspio y el Turquestán y al sur con el golfo Pérsico y el océano Índico.

El corazón del territorio es una zona desértica semiárida, rodeada de altas montañas ricas en minerales, pocos valles fértiles, con clima seco y grandes  oscilaciones de temperatura.
Las tierras fértiles, aptas para el cultivo y la ganadería, se encuentran en las laderas y los valles de estas montañas. 


A fines del segundo milenio A.C. los pueblos arios de los medos y los persas, llegaron en sus emigraciones desde el sur de la actual Rusia a los fértiles valles de los montes Zagros. En la zona paralela a Asiria se asentaron los medos y sobre el golfo Pérsico se instalaron los persas.



Estos primeros habitantes de la meseta del Irán eran pueblos de pastores, pero que al asentarse comenzaron a practicar la agricultura en los fértiles valles y desarrollaron el cultivo de cereales, frutas y hortalizas. Su organización era inicialmente tribal, estaban divididos en tribus que se unían, en caso de guerra, contra un enemigo común. 

El primer elemento que los hizo poderosos fue su tierra escabrosa que produjo una nación robusta, de guerreros fuertes y acostumbrados a las penurias y las privaciones. Se daban así mismos el nombre de arianu "nobles", y a su tierra la llamaban Ariana o Irán. 
Posteriormente la domesticación del caballo, que constituía un nuevo e importante recurso bélico. La región también era rica en minerales, en las montañas encontraron hierro, cobre, plata..., lo que los llevo a fabricar herramientas de metal para mejorar la producción agrícola y el arte de la guerra. 
Los carros de combate los convirtieron en temibles guerreros. 


Los medos fueron las primeras tribus iranias que aparecen en los registros del rey asirio Salmanasar III a mediados del siglo IX AC. como guerreros bárbaros. 

Entre los siglos IX y VIII A.C. fueron sometidos a tributo por los asirios, quienes también dominaron a los persas. 

Otro rey asirio, Sargón II pretende haberlos derrotado y sometido en el año 715 A.C. y menciona a Daiaukku como su gobernante y a quien atribuye la fundación del reino de Media, y a quien definió como gobernante sabio y justo.
Daiaukku logró a finales del siglo VIII A.C. que las tribus medas se unieran, formasen una nación y organizasen un estado. Fundó también su capital Ecbatana. 

Fraortes, hijo de Deioces, reinó durante 22 años después de la muerte de su padre, desde el año 647 A.C. hasta el año 625 A.C. y se le atribuye el haber subyugado las tribus persas del sur. Perdió la vida luchando contra Asiria.





Permanecieron igualmente bajo dominio asirio, hasta que su rey Ciaxares, hijo de Fraortes, que gobernó a los medos durante 40 años, desde el año 625 A.C. hasta el año 585 A.C. se convirtió en aliado del rey Nabopolasar de Babilonia y juntos planearon terminar con la dominación asiria. Sin ayuda ajena conquistó Asur en el año 614 A.C. y Nínive junto con los babilonios, en el año 612 A.C.

Al término de la conquista, Ciaxares y el rey caldeo dividieron los territorios de los asirios; los babilonios absorbieron la parte mayor y más civilizada del caído imperio asirio, mientras que los medos parecen haberse contentado con heredar las posesiones septentrionales de la alta Mesopotamia y nororientales del Irán occidental.


Ciajares llegó así a ser el primer gran rey de los medos y también es reconocido como el que derrotó a los escibas, cuyo territorio del Asia Menor pasó entonces a su poder.

Durante sus últimos años, Ciajares tuvo que luchar contra los lidios, quienes, bajo Alyates, rey de Sardis, habían llegado a ser el tercer poder del Asia y deseaban ser los dueños de Anatolia.

En el sexto año de su guerra sucedió que: "en medio de la batalla el día se convirtió repentinamente en noche". 
Convencidos de que el desagrado de los dioses había recaído sobre ellas, las dos naciones contrincantes estuvieron dispuestas a concertar un tratado de paz. Esto se logró con la ayuda de algunos mediadores entre los cuales se menciona a Labineto de Babilonia. 
El eclipse solar del 28 de mayo del año 585 A.C. ocasionó la terminación de la guerra entre los medos y los lidios.

El tratado firmado con Alyates y concedía a Ciajares todo el territorio de Anatolia al oriente del río Halys, y esto fue confirmado por el casamiento de Astiages, hijo de Ciajares, con Aryanis, hija de Alyates.


Astiages, que gobernó durante más de 30 años, desde el año 585 A.C. hasta se cree el año 550 A.C. fue el último monarca verdadero del imperio medo. 

No se sabe casi mucho de su largo reinado. Los historiadores antiguos que lo mencionan sólo dicen que había dado su hija Mandana en matrimonio a Cambises I, rey vasallo de los persas en Ansán (antigua ciudad del reino de Elam conquistado por los persas).
Mandana dio a luz a Ciro y Astiages parece que estuvo temeroso de que le arrebatara el trono y las leyendas griegas cuentan que Astiages intentó matar a su nieto. Sus temores no fueron infundados ya que Ciro se levantó contra su señor en el año 553 A.C. 
Fue derrotado dos veces por las fuerzas de Astiages, pero en el tercer encuentro, Hárpago, comandante del ejército medo, traicionó a su señor y entregó sus fuerzas a Ciro. 

Hacia el año 550 A.C., Ciro tenía en su poder la capital meda de Ecbatana, a Astiages y todo su imperio que pasó a formar parte del nuevo imperio persa.

Astiages parece que recibió buen trato por parte de Ciro ya que según las fuentes griegas, llegó a ser gobernador de Hircania, al sur del mar Caspio.


Cuando Ciro se apoderó del imperio medo no hubo grandes cambios en la estructura externa del estado porque los medos y los persas eran tribus estrechamente emparentadas, como lo estaban también las dos casas reales por vínculos de casamiento.

Los historiadores de la antigüedad y también documentos de la época de distintos países se refieran al imperio como de "los medos y los persas", o muchas veces simplemente como de "los medos", aunque éstos, después de la caída de Astiages, sólo desempeñaron un papel secundario en los asuntos del Estado.

La transición del imperio medo al imperio persa fue en verdad una entrega de poder de una casa real a otra, y un traspaso de cargos desempeñados por nobles medos a nobles persas. Desde entonces, la nobleza persa ocupó los primeros puestos en la administración del gobierno, aunque aún se empleaba a medos influyentes, y éstos ocupaban muchos puestos importantes durante el período persa.

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